Que la economía es una ciencia social influída por la ambición especuladora del ser humano era algo sabido y formulado. La actual crisis económica global nos lo recuerda con múltiples ejemplos.
Tras la crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos y la extensión de los derivados financieros por el mundo, España ha sido ejemplo paradigmático de especulación en el sector inmobiliario.
Para sorpresa de algunos y constantación de las tesis que otros defendemos, la eclosión de la burbuja inmobiliaria en China va a ser el último, de momento, episodio de esta crisis global que se ha cebado con la humanidad, o más correctamente, que el hombre especulador global ha desencadenado con su reprobable comportamiento. Las finanzas se han situado por delante de la política y esto es muy grave y de terribles consecuencias para los más débiles, para los países que estamos en manos de los acreedores.
El 17 de marzo de 2012, EL BLOG DEL ACERO, anticipaba la caída de la economía China, antes que lo hicieran muchos expertos en economía. Hoy, un mes después, pocos son los que dudan acerca de la caída de actividad en el gigante asiático, a pesar de que la producción de acero siga, allí, aumentando. Ya bajará.
Para adquirir un apartamento en Shanghai, una familia media china, necesita el salario de 30 años, cuando las buenas prácticas financieras indican que no debiera suponer más del salario neto de 3 a 6 años.
El ratio deuda/capital de las principales sociedades inmobiliarias chinas se sitúa en el 72%, alcanzando el nivel más alto de los últimos 10 años. Las buenas prácticas financieras indican que un ratio superior al 50% muestra problemas de liquidez.
La deuda del sector inmobiliario chino ha crecido el 38% en el último año.
¿En qué estaban pensando los chinos cuando se hundieron los bancos americanos, ingleses y se derrumbó el sector de la construcción en España?. Probablemente en que su país era diferente. La ambición humana impide ver la realidad al convertir al hombre en una especie de Rey Midas generador de plusvalías, hasta que un día la burbuja, inexorablemente, explota y arrasa.
Ahora le toca a China. ¿Quién será el siguiente...?
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