La industria de la automoción española en la vanguardia de la recuperación de la actividad industrial en nuestro país.
La denostada por muchos reforma laboral y la madurez sindical de la industria automotriz en España, además del acreditado know-how en fabricación, constituyen los pilares en los que se fundamentan las decisiones de las grandes corporaciones multinacionales del automóvil de transferir a plantas españolas la producción de nuevos vehículos.
Ajustes de salarios, aumentos de jornada, flexibilidad laboral -en definitiva- son los elementos que faltaban en la industria española para optar al liderazgo europeo. Nuestra tecnología productiva, no sólo en el sector del automóvil, está a la altura de los países más avanzados, y además disponemos de varias generaciones con la formación más alta de nuestra historia como nación.
La noticia de que Arcelor-Mittal ha llegado a un acuerdo con los trabajadores que supone la adopción de medidas de flexibilidad y que en Enero de 2013 se procederá a la apertura del segundo horno alto en su factoría de Gijón, es manifestación de responsabilidad empresarial y sindical; además de constituir la lógica consecuencia de las perspectivas que se abren respecto de la industria automovilística en España.
Que esto suceda en el peor contexto de ventas de automóviles en Europa y en España, supone el reconocimiento a las potencialidades de nuestro país cuando la vía y norma es la concertación, y el Buen Gobierno.
La industria del automóvil es el motor y ejemplo a seguir por los distintos sectores industriales para que volvamos a creer en las potencialidades de nuestra industria, que son muchas.
La salida de la crisis será industrial.
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