La publicación ayer del descenso del PIB alemán en el cuarto trimestre de 2011 en un 0,25% sitúa a Europa, nuevamente, en la antesala de la recesión. La pérdida de velocidad de la locomotora económica alemana es ya un hecho constatado.
Una vez más el Baltic Dry Index se ha comportado como indicador adelantado de la economía. Su caída en el segundo semestre de 2011 vaticinaba lo que ahora se hace público: el enfriamiento de las economías europeas y china.
La caída sin freno del indicador en los 13 días del año en curso augura los peores presagios económicos. El tráfico internacional de commodities está parado.
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