El debate siderúrgico que se está produciendo en Asturias en los últimos días adolece de una clamorosa falta de rigor.
Resulta lamentable que se reaccione con aparente sorpresa, mal y tarde, al anuncio de decisiones empresariales que no son sino la consecuencia del abandono al que la Comisión Europea y los sucesivos Gobiernos de España han sometido a la industria europea y nacional.
En tales circunstancias la acción del Gobierno Regional queda limitada al orden de lo marginal, esto es, de lo declarativo.
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