La crisis económica y la revolución energética del gas extraído de los esquistos en Estados Unidos -shale gas- mediante la técnica de fracturación hidráulica, enfrentan a Europa a un década perdida en materia de desarrollo de la infraestructura gasista.
La negativa de los estados miembros de la EU27 a la explotación de los yacimientos existentes mediante la técnica del "fracking" produce una divergencia creciente entre los costes energéticos en Estados Unidos y en Europa. El precio del gas, año 2011, del US Henry Hub era de 4 $/Mmbtu, mientras que el valor medio de las importaciones de gas natural de Alemania en el mismo período se situó en 11 $/Mmbtu. Se está abriendo una brecha de competitividad energética que tendrá consecuencias negativas para la economía europea.
La primera ha sido la caída del consumo de gas. El consumo de gas natural en 2005 en la EU27 fue de 438 mtoe (million tons oil equivalent), y en 2011 ha sido de 440 mtoe. Es decir, sin variación. En 2011 el consumo descendió el -10% respecto a 2010 y en 2012 el -2,2% respecto a 2011.
La sustitución en Estados Unidos del consumo de carbón por el de gas natural, y la disminución del consumo de carbón en China, ha producido una caída continua de los precios del carbón desde 2008. Si a ello le unimos la caída del precio del derecho de emisión de CO2 en Europa, la consecuencia ha sido la parada de las centrales de ciclo combinado y el aumento de la producción de energía eléctrica quemando carbón.
En un escenario de caída del consumo de gas en la EU27, las inversiones en el gaseoducto del Caspio, a través de Turquía, están postpuestas, por lo que la eurozona se está haciendo cada vez más vulnerable a los suministros de terceros países. En efecto, el suministro de gas natural depende en un 34% de la producción propia de la EU27 -en descenso- , de un 23% a través del gaseoducto con Rusia, de un 21% del gaseoducto con Noruega, y del 9% procedente de Argelia, gaseoducto+LNG. Se complementan los suministros con LNG procedente de Qatar, Nigeria, Trinidad y Tobago y otros países.
La producción de gas natural de los países de la EU27 irá en descenso a partir de ahora si no se aborda la explotación mediante fracturación hidráulica, dada la madurez de los yacimientos gasistas actuales. Muy probablemente, el Reino Unido será el primer país europeo en comenzar con el "fracking". Ya comienzan a producirse intervenciones técnicas y políticas a favor de la exploración de la técnica. Si esto fuera así, el Reino Unido podría diferencirse de la europa continental por una privilegiada posición energética, lo que favorecía la reindustrialización de la isla y reforzaría su posición política.
Europa va a perder una década en el desarrollo de la utilización del combustible fósil más limpio. Lamentaremos las consecuencias de ello.
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